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Los paisajes más alucinantes de Yucatán

Jul 11, 2025

Cinco miradas al corazón del sureste

 

Yucatán es una experiencia visual única. Cada rincón cuenta una historia de tierra viva, de cielos infinitos, de contrastes perfectos entre lo natural, lo histórico y su legado cultural. Aquí, te presentamos cinco paisajes que capturan el alma del estado. No son postales. Son momentos que piden ser contemplados en silencio.

 

 

 

1. Reserva estatal El Palmar

📍 Entre Celestún y Sisal, Yucatán

 

Desde el faro de El Palmar, la vista es un cuadro en movimiento: el manglar rojo deja su huella en los humedales y el horizonte se pinta de azules infinitos, donde el mar y el cielo parecen fundirse. Si te adentras en la reserva, cada paso revela una biodiversidad intacta: aves, reptiles, plantas silvestres… todo vivo, todo en su lugar.

Al anochecer, aún se logra apreciar el paisaje estrellado que pocos rincones en el mundo pueden ofrecer.

 

 

 

 

2. La luz ancestral de los cenotes

📍 Península de Yucatán

 

Círculos de piedra que custodian el agua. Desde arriba, las raíces de los árboles se deslizan como cintas hasta tocar la superficie azul del fondo. La luz entra en haces y pinta la caverna con destellos dorados. Bañarse en ellos es entrar en un ritual ancestral donde la selva te cubre los hombros. Es imposible nombrar solo un cenote, ya que casi todos tienen algo en común: esos rayos de luz que bajan desde los árboles.

 

 

 

 

3. La inmensidad amarilla de Izamal

📍 Izamal, Pueblo Mágico

 

Todo es amarillo. El convento franciscano, las casas, los muros, los portales. A la hora dorada, la luz convierte todo en oro líquido. Caminar por Izamal es caminar entre siglos: una ciudad viva construida sobre una antigua ciudad maya. Hay bicicletas, caballos, mercados… pero también una energía suave, casi sagrada. Si logras llegar a lo alto de la pirámide de Kinich Kakmó, podrás disfrutar de un espectáculo dorado; definitivamente un regalo de la arquitectura local para los ojos.

 

 

 

4. El cerro de Muna, el punto más alto de Yucatán

📍 Muna, Yucatán

El ápice más alto de Yucatán se encuentra en el municipio de Muna. Cuando llegas a la cima, encontrarás una planicie cubierta del verde selvático, un mar de vegetación que no se acaba por más que lo miras. Definitivamente, es una experiencia que simula la vista que pueden brindar las aves yucatecas. A lo lejos, si llevas unos buenos binoculares para tu viaje, podrás vislumbrar la punta de la pirámide de Uxmal.

 

 

 

 

 

5. El resplandor de la Catedral de Mérida

📍 Centro histórico, Mérida

 

Cuando las nubes cargadas🌩️se asoman por el poniente y la primera luz de los faroles comienza a encenderse, el centro de Mérida cobra un dramatismo único. La Catedral —la más antigua del continente— se alza imponente, con su piedra blanca tornándose gris y luego dorada. El aire huele a tierra mojada, y el murmullo de la plaza se apaga por un momento cuando se vacía de gente. Un instante suspendido entre la calma y el trueno.

 

 

 

 

Dosha: Yucatán a toda hora

 

No hace falta recorrer grandes distancias para encontrarse con paisajes que conmueven. A veces, basta con detenerse, mirar y dejar que Yucatán hable. Porque este estado no se explica solo con datos o mapas. Se entiende —y se ama— a través de lo que se ve.

 

Al norte del estado, hay una zona donde la naturaleza aún marca el ritmo y el crecimiento apenas empieza a dibujarse: Hunucmá. Ahí nace Dosha, un proyecto que entiende el valor de conservar, de integrarse con respeto y de mirar el futuro sin alterar el paisaje.

 

Una inversión natural, en un lugar donde todo aún respira como se debe.

 

 

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